martes, 29 de julio de 2008

...citá de citas...



Yo no he nacido todavía"He descubierto una cosa terrible (no se lo digas a nadie). Yo no he nacido todavía. El otro día observaba atentamente mi pasado (estaba sentado en la poltrona de mi abuelo) y ninguna de las horas muertas me pertenecía porque no era Yo el que las había vivido, ni las horas de amor, ni las horas de odio, ni las horas de inspiración. Había mil Federicos Garcías Lorcas, tendidos para siempre en el desván del tiempo y en el almacén del porvenir, contemplé otros mil Federicos Garcías Lorcas muy planchaditos, unos sobre otros, esperando que los llenasen de gas para volar sin dirección. Fue este momento un momento terrible de miedo, mi mamá Doña Muerte me había dado la llave del tiempo y por un instante lo contemplé todo. Yo vivo de prestado, lo que tengo dentro no es mío, veremos a ver si nazco. Mi alma está absolutamente sin abrir. ¿Con razón creo algunas veces que tengo el corazón de lata!. En resumen, ahora estoy triste y aburrido de mi interior postizo.


Federico


(Carta de Federico García Lorca al músico Regino Sainz de la Maza. Citada por Antonina Rodrigo en "García Lorca en Cataluña"Ed. Planeta)

sábado, 26 de julio de 2008

...Yo uso taza...

miércoles, 23 de julio de 2008

...yo uso taza...

...yo uso taza...


domingo, 13 de julio de 2008

...mundos...


"... a veces el tiempo parece derrumbado al costado de lo infinito, y solo una voz hace sombra en el acaramelado pasillo de lo aletargado. Apenas un recuerdo es suficiente para desatar las cuerdas de los violines mágicos que sumergen en los pensamientos de un viaje hacia el interior. Allí hay una casa habitada por una parte de alguien, eso que es fiel al reflejo de su yo en estado primitivo, que puede ser el que ha sido moldeado por incontables circunstancias pero ni una sola vez por la auto represión. Las rejas más eficientes para estas causas son las que concibe, en primera o última instancia, el miedo a la muerte. Cada uno padece alguna especie de fiebre Ícara cuando empieza a dejar atrás a sus minotauros, enredados en laberínticas tramas tejidas, a conciencia, en el inconsciente. En esos momentos fúlgidos, congelados, como una fotografía que vende movimiento a la disléxica lectura de los ojos, el estallido de la claridad deslumbra con vértigo y frío en el estómago de las certezas. Su existencia etérea nace de la misma laguna de donde provienen aquellas incontables circunstancias moldeadoras del yo. Una laguna en mitad del espacio, el infinito espacio de la concepción de la naturaleza del (ab)uso de la racionalidad de la "especie"..."

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